La UE renueva los aranceles sobre los compuestos metálicos vertidos procedentes de China, lo que ayuda a aumentar la sostenibilidad y reducir la dependencia de las importaciones de materias primas críticas

En vigor desde la década de 1990, las medidas antidumping de la UE sobre el carburo de tungsteno procedente de China elevaron los precios del compuesto a niveles que hicieron que la recuperación de chatarra fuera financieramente interesante para la industria de la UE y alentaron la innovación del proceso de reciclaje.

Como resultado, los productores de la UE se han vuelto más sostenibles, siguiendo un patrón de economía circular integrado en el Pacto Verde Europeo. Al mismo tiempo, los productores de la UE redujeron su consumo de tungsteno, la materia prima crítica necesaria para fabricar carburo de tungsteno, y por lo tanto redujeron la dependencia de la Unión de las importaciones de tungsteno, en consonancia con los objetivos de la reciente propuesta de Ley Europea de Materias Primas Críticas.

El carburo de tungsteno es necesario para fabricar herramientas de metal duro que se utilizan en las industrias de la construcción, la minería, la automoción y la defensa. La industria del carburo de tungsteno de la UE emplea actualmente a más de 1.000 personas y vale alrededor de 500 millones de euros.

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